¿Por qué olvidamos los recuerdos de nuestra infancia?
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La mayoría de los adultos no recuerdan sus recuerdos de la infancia. Pero ¿qué ocurre con los recuerdos que llegan en una etapa temprana? Aunque el cerebro humano esté tan avanzado a los dos y tres años, ¿por qué no recordamos nuestra infancia ni la primera palabra que dijimos? Un porcentaje excepcionalmente considerable de personas no recuerda cómo fue su infancia, ni cómo fue su primer día de guardería.
El nombre de esta extraña pérdida de memoria es amnesia infantil, que afecta a los recuerdos anteriores a los 3-4 años, que se desvanecen alrededor de los 7-8 años y luego desaparecen por completo. Por supuesto, un niño de 3 años sabe lo que le ocurrió el día anterior, y un niño de 6 años si son recuerdos que fueron memorables durante los tres primeros años. Pero estos recuerdos también desapareceran a los diez años y no vuelvan como adultos más tarde. Por lo tanto, es probable que los recuerdos que viven en los 9 y 10 años de vida se recuerden ya en la edad adulta.
Los investigadores han comprobado que los niños de entre 6 y 7 años son capaces de recordar una media del 63 al 73 por ciento de sus recuerdos, mientras que ese porcentaje se reduce al 35 o 36 por ciento entre los 8 y los 9 años. Pero ¿cuál podría ser la razón de esto? La explicación más sólida tiene una base neurológica. En los primeros años de nuestra vida, especialmente entre los 6 y los 10 años, se forman muchas neuronas nuevas, sobre todo en el hipocampo, que desempeña un papel en la función de la memoria y la orientación espacial. Sin embargo, las nuevas conexiones entre las células pueden alterar esta zona y las vías de la memoria temprana se pierden durante la transformación de la red neuronal existente. A partir de ahí, los datos antiguos se fragmentan y, como resultado, al cerebro le resulta cada vez más difícil evocar estos recuerdos, llegando a ser completamente inaccesibles o incluso a borrarse. Los recuerdos que van unidos a emociones fuertes pueden sobrevivir, pero también son excesivamente raros.
Otra causa de la amnesia infantil, según Sigmund Freud, puede ser la represión de recuerdos tempranos debido a algún trauma emocional demasiado doloroso, por ejemplo, el dolor puede ser causado por un adulto del que se hubiera preferido confiar, y los recuerdos se vuelven infelices por la represión.
El cerebro humano se desarrolla a un ritmo extremadamente rápido desde la concepción, todos los descubrimientos que hacen los recién nacidos y los bebés dejan una huella en el cerebro, por lo que, como ya se ha dicho, se establecen nuevas conexiones entre las células cerebrales y éstas se transforman constantemente, lo que hace que el cerebro de un niño pequeño sea como una esponja que lo absorbe todo. Aunque nuestro cerebro mantiene la flexibilidad durante toda la vida, la plasticidad es mucho mayor en los primeros años que después de los diez.